¿Podemos decidir no consumir transgénicos?
La realidad es que en el mundo hay sembradas millones de hectáreas de maíz y de soya transgénicos y la gran mayoría de los alimentos procesados (aprox. el 70%) contienen derivados fabricados a partir de esos OGM. En la Unión Europea está permitido el cultivo de maíz Bt y de la papa Amflora (que es OGM) y están permitidas las importaciones de soya OGM para alimentos y algodón OGM para la industria textil.
"Estados Unidos: Líder en la producción de maíz y primer socio comercial de México. El principal destino del grano es para forraje. Estados Unidos ocupa el primer lugar como productor y exportador de maíz a nivel mundial, produciendo en promedio más de 36 millones de toneladas métricas anuales. El principal destino del grano es para forraje y complementos alimenticios para el ganado. La mayoría de las tierras cultivadas con maíz se encuentra en el Medio Oeste, en el llamado Cinturón Maicero.El rendimiento promedio anual es de 9.4 toneladas por hectárea en el periodo de 2002 al 2012 (USDA, 2012).
La superficie sembrada de maíz transgénico ha mostrado un crecimiento continuo. En el año 2000 se observó un 25% de la superficie sembrada, en el año de 2012 se observó un 88% y para el 2013, un 90% (James, 2013).
El maíz transgénico que apila resistencia a insectos y herbicidas es el que más se ha empleado por los productores.De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Ohio con datos del USDA, no ha habido un aumento significativo en el rendimiento con la adopción del maíz transgénico. El aumento del rendimiento del maíz entre 1940 y 1995 fue de 118 kg por hectárea, mientras que en el periodo de 1996 a 2011 es de 128 kg por hectárea. Es decir, se tuvo un aumento en el rendimiento de sólo 1%. Desde los años noventa hasta la actualidad, la producción de semillas de maíz está concentrada en seis grandes empresas biotecnológicas: Monsanto, Syngenta, Dow AgroSciences, Dupont, Bayer CropSciences y Basf. Dupont y Monsanto representan el 56% de la venta de semillas de maíz, a nivel mundial. Los beneficios de éstas empresas se asocian con las ventajas de su propia industria biotecnológica y el sistema de propiedad intelectual vinculado a ella, con estrategias de mercado como la diferenciación del producto y la política de subsidios gubernamentales.
El cultivo de maíz convencional ha decrecido rápidamente, de 67.5% en el año 2000 a 20.7% en 2007. Se observó también que los precios de las semillas varían por estado y que alcanzan su nivel máximo en la parte central, en el Cinturón del Maíz.
Un estudio sobre percepción de alimentos genéticamente modificados (2000 al 2006), la “Pew Iniciative on Food and Biotechnology”, encontró que los consumidores han subestimado la cantidad de alimentos transgénicos que han consumido. Este estudio explica que entre 70% al 75% de alimentos procesados en los Estados Unidos contienen ingredientes genéticamente modificados.
Una de las repercusiones de la producción de maíz genéticamente modificado resistente a herbicidas es el aumento de malezas resistentes a estos herbicidas, particularmente al glifosato." (CIBIOGEM, México marzo 2015).
Aun cuando en México está prohibido el cultivo de maíz transgénico, la importación de millones de toneladas anuales de maíz genéticamente modificado para consumo de vacas, cerdos, gallinas, etc. y también como materia prima para las industrias productoras de aceites, almidón, fructuosa, glucosa y otros derivados, hace prácticamente imposible evitar la mezcla de maíz Bt con otras variedades. De hecho se han detectado en Oaxaca algunos rastros de OGM. (Greenpeace México con datos de Nature 2001).
La soya transgénica también se importa. Para el caso de siembra de la soya en México, la Suprema Corte de Justicia e la Nación (SCJN) estaba a punto de dictar su fallo en relación a la solicitud de protección que presentaron los apicultores de Campeche y Yucatán para evitar la siembra de soya transgénica, pero el 28 de octubre de 2015 los ministros y la ministra integrantes de la Segunda Sala de la SCJN decidieron posponer la decisión de los amparos interpuestos por los apicultores mayas de Campeche y Yucatán en contra del permiso otorgado a Monsanto por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). Los ministros y la ministra señalan que decidirán en forma conjunta los amparos y abordarán todos los temas dentro de los mismos. Este caso se origina en los daños que podría causar la siembra de soya transgénica y el uso de agroquímicos asociados a la misma, a la producción de miel y a la supervivencia de los enjambres de abejas. (Greenpeace México).
Por otra parte es importante señalar que no se han reportado enfermedades o afectaciones en los seres humanos o en los animales domésticos (por lo menos hasta ahora) por el consumo de maíz o soya transgénicos y de sus derivados. (ibid. Villalobos).
También se preguntan los consumidores ¿ Existen pescados, frutas y hortalizas transgénicos? ¿Se deberían prohibir las investigaciones sobre OGM?
Efectivamente, hay en marcha un gran número de investigaciones para crear nuevos transgénicos (y algunos ya están disponibles) para tomates, arroz, canola, césped, girasol, café, té, uvas, vino, tabaco, árboles, salmones, e incluso vacunas y plásticos. Como muchos de estos productos llegarán directo a la mesa del consumidor final, será necesario un largo proceso de validación y seguimiento de protocolos de bioseguridad, porque entre más OGM se produzcan más riesgo habrá de que las plantas o animales transgénicos se crucen con los que hay en la naturaleza y a final de cuentas perdamos en biodiversidad lo cual puede poner en riesgo todo el equilibrio ecológico. (ibid. Greenpeace España).
"En algunos países existen opiniones orientadas a recomendar a las autoridades gubernamentales que no se permita la compra de los productos biotecnológicos y transgénicos por dos razones: primera, porque se privilegia a las empresas transnacionales y segunda, porque se acentúa la dependencia tecnológica, sin considerar que ésta se mantendrá en la medida en que no se invierta en el desarrollo del capital humano y en infraestructura científica local, lo que se aplica a todas las disciplinas científicas. Por ello, y para contribuir a evitar esta tendencia, se debería beneficiar estratégicamente a los productores permitiéndoles el acceso al avance tecnológico preferentemente desarrollado localmente por programas nacionales. A la par, se deberían ir preparando gradualmente los recursos humanos y crearse la infraestructura física para poder incursionar en el desarrollo de la Biotecnología apropiada a las necesidades del país y sólo cuando las recomendaciones de los científicos nacionales sean tomadas en cuenta, podrá preservarse la soberanía en estos temas y evitarse la dependencia tecnológica.".(ibid. Villalobos)
"...La delegación que representó a México en la Primera Conferencia de las Partes del Protocolo de Bioseguridad de Cartagena en Kuala Lumpur, Malasia, (2004) declaró:
"...Manifiesta que (México) ha decidido no permitir la liberación al ambiente de maíz genéticamente modificado en el que la modificación impida su uso como alimento. Es decir, México prohíbe tanto la experimentación como la liberación al ambiente de maíz transgénico modificado para la obtención de fármacos, vacunas, aceites industriales, plásticos o cualquier modificación que inhiba o afecte sus propiedades comestibles." (ibid. Villalobos)
Pero intentar prohibir totalmente las investigaciones científicas en relación con los transgénicos sería similar a la prohibición en la Edad Media de las disecciones del cuerpo humano, ya que de cualquier manera se harían en forma escondida, sin seguir los protocolos de Bioseguridad y terminaríamos criminalizando la investigación científica.
Algunas conclusiones preliminares
El cuidado de la Biodiversidad aconseja que no se utilicen semillas transgénicas en zonas de origen, como es el caso del maíz en amplias zonas de México o la papa en Perú. En los demás cultivos es importante establecer las medidas de Bioseguridad necesarias para impedir la diseminación de las variedades transgénicas a otras áreas. De cualquier forma, se requiere más investigación al respecto.
Una de las alternativas con la biotecnología, es el desarrollo de cultivos resistentes a estrés hídrico, así como otras características particulares de cada sitio y no homogenizar todas las zonas de siembra con un mismo tipo de organismo transgénico, como ha ocurrido en la actualidad con los cultivos resistentes a herbicidas e insectos que se encuentran en el mercado. (CIBIOGEM, México, 2015)
Se debería implementar una combinación de políticas que trate de abarcar el manejo adecuado de las malezas, por medio de diferentes técnicas, el desarrollo de investigación por parte del sector público, la elaboración de planes de manejo entre los productores y no sólo centrarse en el desarrollo tecnológico de las empresas semilleras. (CIBIOGEM, México, 2015).
Tener siempre presente que la decisión final de consumir o no OGM, es del consumidor. Esto implica leer las etiquetas y tomar decisiones informadas.
En resumen, sí es posible evitar consumir los OGM, pero un sí condicionado a comprometerse a comprar y consumir responsablemente productos locales y preferiblemente orgánicos.
Literatura consultada: (Transgénicos en E.U.A., CIBIOGEM, México, 2015)
AUTOR: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano