En ciertos momentos sus padres la ayudaron, pero ellos también requerían ayuda, así que se puso a buscar trabajo. Tener dos hijos y trabajar en una empresa fue sumamente complicado para hacer compatibles los horarios de madre y de trabajadora, por lo que buscó trabajo en la limpieza de casas y en esto su problema fue dónde dejar a sus hijos mientras trabajaba, porque las señoras que le ofrecían trabajo no admitían niños en sus casas.
Otra de las alternativas que analizó fue irse a trabajar a Estados Unidos, pero el hecho de tener dos hijos pequeños la desanimó de esta aventura.
Pensó en “hacer un negocio” y ahora el problema a vencer era el capital que requería para instalar la tienda de abarrotes con la que soñaba.
Con la ayuda de sus padres entró en una “tanda” que organizó una vecina, en la que cada participante aporta cien pesos semanales y el grupo formado por 50 mujeres va sorteando semanalmente el total del fondo de cinco mil pesos aportado por todas.
A Juanita le tocó la suerte de recibir el fondo a la sexta semana por lo que desde ese momento se dedicó a instalar la pequeña tienda en lo que antes era la sala-comedor de su casa. Con los cinco mil pesos compró mercancía y algunos anaqueles usados y el negocio ha funcionado durante los últimos 8 meses con buen éxito y también con mucho trabajo de su parte.
Ahora está planeando ampliar su negocio e incluso contratar a una persona que le ayude, pero nuevamente se enfrenta al problema de la falta de capital. Ella ha buscado apoyo en las instituciones oficiales que apoyan las microempresas, pero no logra cumplir todos los requisitos, por lo que por el momento los planes están detenidos hasta que empiece la siguiente “tanda” con sus vecinas.
El motor de este tipo de proyectos tiene varios componentes, todos muy importantes: un(a) emprendedor(a), capital, asesoría técnica y financiera, etc., que forman parte de lo que técnicamente sería el plan de negocios. Podemos tener ideas muy brillantes pero sin el capital necesario va a ser prácticamente imposible que las convirtamos en un negocio. Por otra parte la asesoría técnica y financiera facilitarán la preparación de un plan de negocios que lleve el proyecto al éxito y a la permanencia en el tiempo.
Decía la abuela “sin farina hay muina”, lo que significa que sin comer hay enojo. Claro está: cualquier persona está molesta cuando tiene hambre y por el contrario, también decimos “panza llena, corazón contento”.
Para construir una paz duradera es indispensable que las personas y sus familias tengan ingresos suficientes para cubrir no solamente sus necesidades básicas, sino algo más… Pero en México hay millones de jóvenes y adultos que no tienen un trabajo que les permita obtener honradamente ingresos suficientes. La cantidad de empleos que estamos creando no alcanza para cubrir el déficit de ocupación remunerada.
La “Economía para la Paz” requiere la creación de miles microempresas de tipo industrial, agrícola, comercial y de servicios, las cuales además de generar autoempleo a sus dueños, ayudarán a crear muchos de empleos adicionales. De aquí surge la justificación de esta propuesta que implica la creación de fondos de inversión que faciliten la fundación de microempresas en las cuales se emplearán millones de personas en busca de ingresos.
Este es el momento en el que Juanita y otros miles de emprendedores requieren del apoyo de fondos de inversión privados para que sus ideas de negocios se vuelvan realidad. Con cantidades relativamente pequeñas se pueden apoyar a estos emprendedores que generarán empleos para sí mismos y para otras personas y paz para México…
Estamos construyendo fondos de inversión para el apoyo a microempresas.
¡Tus propuestas y participación son bienvenidas!
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano