El crédito puede ser utilizado para preparar la tierra o para la siembra, la cosecha, el almacenaje o en general el pago a proveedores, porque es difícil que un productor individual tenga recursos suficientes para pagar todo lo que se requiere en el proceso de producción hasta que reciba el monto obtenido al vender los productos del campo.
Así como cada productor tiene sus características personales, de la misma forma el financiamiento que requiere tiene su individualidad y no todos necesitan el mismo tipo de crédito, que puede ser diferente en tiempo, monto, etc. En algunos casos se requiere el crédito a corto plazo, pero de forma inmediata y en otros casos puede ser a largo plazo y con aportaciones parciales en varias fechas, etc. En ciertos casos el crédito tiene una garantía hipotecaria y en otros requiere de una garantía líquida. Y mientras en algunos créditos se solicita un seguro que cubra determinados riesgos, también existe el “crédito a la palabra”.
Todas estas variantes nos llevan a la necesidad de tener diferentes instituciones que atiendan las necesidades individuales según el tipo de cliente, de producto, de plazos de producción, de montos, etc. En pocas palabras; se necesitan “trajes a la medida” e instituciones y personas que sean capaces de prepararlos y aplicarlos.
Tomando en cuenta que el nuevo gobierno federal ha unificado la dirección general de varias instituciones financieras dedicadas al campo, pero sin fusionarlas, se plantea la posibilidad de la siguiente forma de coordinación entre las instituciones que atienden el financiamiento para el desarrollo rural, para crear y operar un “Sistema de Financiamiento Rural Alternativo”:
1. PRODUCTORES DE AUTOCONSUMO Y PRODUCTORES COMERCIALES DE PEQUEÑA ESCALA
Para facilitar la atención a estos productores se plantea la posibilidad de que se organicen en cooperativas de ahorro y préstamo o en cooperativas de consumo, las cuales serían los sujetos de crédito de la nueva Financiera Rural (AGROFIN) al consolidar las necesidades de crédito de sus socios y también podrían ser receptoras de los apoyos de capital para sus socios del Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO). Esta forma de operar facilitaría el otorgamiento de créditos de AGROFIN y reduciría el nivel de riesgo de sus operaciones con pequeños productores.
2. PRODUCTORES COMERCIALES
Podrían ser sujetos de crédito de AGROFIN (actuando como banca de primer piso) y/o de los bancos privados y al mismo tiempo ser beneficiarios de las inversiones de capital de FOCIR.
Si lo consideran conveniente para su mejor operación, podrían asociarse en cooperativas de consumo para hacer compras en común o para la comercialización conjunta de sus productos y así evitar la competencia ruinosa entre los propios productores.
También podrían recibir créditos de FIRA a través de la banca comercial.
3. GRANDES PRODUCTORES Y DE EXPORTACIÓN
Continuarían siendo clientes de los bancos privados y de FIRA, que podría operar como banca de primer piso y como segundo piso a través de la banca comercial.
Por otra parte podrían asociarse con FOCIR para obtener inversiones de capital de riesgo.
Al final del camino se trata de ofrecer las mejores opciones de crédito y de capital de riesgo para cada tipo de productor, para que sean herramientas útiles para la producción agrícola y que los recursos financieros les lleguen en tiempo y forma adecuada y no se conviertan en “veneno” para los productores…
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano