Lo anterior tiene varias consecuencias:
a) Las empresas que conserven o regresen sus fábricas a EUA no necesariamente van a ser creadoras de empleo en ese país porque los sueldos de la fuerza laboral es muy probable que serán más costosos que utilizar procesos automatizados. Lo cual es aplicable no solamente a la industria automotriz de EUA, pero prácticamente a todos los procesos de "manufactura" y en el mediano plazo también al sector agrícola y agroindustrial.
b) Las empresas que decidan mantener sus operaciones en México y en otros países con sueldos bajos, conservarán su competitividad por un período muy corto (hay quienes pronostican que entre 10 y 20 años más) y poco a poco tendrán que despedir a sus obreros y empleados y sustituirlos con robots o procesos automatizados, para poder sobrevivir en un mercado cada vez más competido.
c) El sector agrícola-ganadero de México podrá competir temporalmente con otros países, pero tarde o temprano tendrá que incorporar algunos procesos automatizados. De hecho hay algunas aplicaciones que ya están operando, por ejemplo para ordeña de vacas, y en la agricultura de precisión, en la producción de huevo, etc.
Frente a estas circunstancias, que no sucederán dentro de 50 años sino en plazo mucho más corto, ¿qué puede hacer México?
Es indispensable un cambio del modelo de desarrollo de este país, para pasar de una economía basada en la producción y exportación de materias primas y de manufacturas con mano de obra barata, a la producción y venta tanto para el mercado interno como el de exportación, con competitividad y alta productividad cimentadas en la tecnología más avanzada y la creatividad de nuevos productos y servicios. La productividad y los ingresos de la fuerza laboral creciendo al mismo tiempo y con ello también creciendo el mercado interno.
Para lograr lo anteriormente dicho, es indispensable un importante mejoramiento de la educación, de tal manera que los empleados y obreros sean capaces de utilizar la tecnología avanzada. Esto requiere una conexión muy eficaz entre las instituciones educativas y las empresas, para que además de cambiar el enfoque de "formar empleados obedientes, eficaces y baratos" a "desarrollar personas creativas y con espíritu emprendedor", se conecten los planes estudio con la realidad de la vida diaria y no estemos formando egresados que finalmente no encuentren donde aplicar sus conocimientos y terminan trabajando en cualquier cosa ajena a sus estudios, lo cual es un lujo que ningún país se puede permitir. Habrá empleos y carreras profesionales que desaparecerán (por ejemplo las telefonistas frente a los conmutadores automáticos) y al mismo tiempo se crearán otros empleos y otros estudios que respondan a la evolución de la tecnología y que sean actividades difícilmente sustituibles por procesos automatizados.
Al mismo tiempo las investigaciones que se realicen en las universidades e instituciones de educación superior, tendrán que mantenerse conectadas con la realidad de la industria y del campo mexicano para crear aplicaciones de la Inteligencia Artificial, la robótica y/o los procesos automatizados. Para esto se requiere la creación de más parques científicos y tecnológicos que faciliten esa interconexión.
Mientras tanto, ¿Qué hacer en el período de transición? ¿Qué hacer con las personas cuyos empleos desaparecerán o cuyos estudios ya no tienen aplicación? ¿Cómo prevenir la concentración de capital facilitada por la robótica (2) ¿En algún momento será factible y conveniente aplicar la "Renta Básica Universal? O algún mecanismo similar, es decir, ¿un ingreso básico por el solo hecho de ser humano? particularmente durante el período de transición en el cual desaparecerán empleos y profesiones y al mismo tiempo se crearán nuevas alternativas de trabajo. (Estos temas serán materia de otro artículo).
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
Fuentes de Información
1. Fariza, Ignacio-Robots contra maquilas-El País Internacional-2017
2. Berg, Andrew-FMI-World Economic Forum-www.weforum.org-2017
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