Aun cuando existe oposición a la deportación de los dreamers incluso entre algunos congresistas republicanos, imaginemos por un momento que el Congreso de los EUA no emita una ley que regularice la situación legal de los dreamers y por ello muchos serían deportados, siendo aproximadamente 750,000 personas, de las cuales cerca de 585,000 son de origen mexicano (1).
¿Qué implicaría esto para México?
Las familias de los dreamers emigraron hace años a EUA porque no encontraron en México el trabajo y las condiciones de vida que deseaban. La situación no ha cambiado en nuestro país, de hecho en algunos aspectos ha empeorado, así que para un dreamer que regresa, México no le ofrece oportunidades de trabajo, de ingresos y de desarrollo profesional comparables con lo que puede encontrar en los EUA. Simplemente un ejemplo, un químico en EUA tiene un ingreso anual 5 veces mayor de lo que podría ganar en México. Además, como han crecido en EUA, la mayoría de los dreamers se sienten desligados de la cultura y la forma de vida en México.
Por otra parte, a pesar de que algunas universidades mexicanas han hecho esfuerzos para que los dreamers puedan revalidar sus estudios en México, los trámites siguen siendo largos y tortuosos.
Pero si se trata de soñar, el retorno de los dreamers podría ser una gran oportunidad para México. Imaginemos que la Secretaría de Educación Pública y las universidades mexicanas logran destrabar la revalidación de los estudios de los dreamers y al mismo tiempo emiten un generoso programa de becas de tal manera que quienes regresan a su país de origen puedan terminar sus estudios.
Pero, no es suficiente con terminar una carrera universitaria si al buscar trabajo solamente encuentran puestos con un sueldo mensual de $6,000 que es el promedio para un recién egresado (y $11,282 con experiencia) (2). No vale la pena esforzarse por terminar una carrera profesional. ¡Con estos ingresos es preferible regresar como ilegal a trabajar en los EUA!
¿Podría México impulsar programas de capacitación para el trabajo como técnicos electricistas, fontaneros, carpinteros, etc.? El estatus social que le hemos dado en este país a estas tareas las hacen menos atractivas, aun cuando los ingresos pueden ser mucho mayores. Se requiere en paralelo una campaña de publicidad para revalorar estos trabajos.
¿Podríamos soñar con un programa de apoyo a la creación de empresas para los egresados de carreras universitarias o de carreras técnicas? Sería un programa que impulse el espíritu emprendedor de los jóvenes que al terminar sus estudios ya pudieran estar trabajando en su propia empresa y dando trabajo a otras personas. Lo anterior podría realizarse con becas-crédito que les permitan estudiar y trabajar al mismo tiempo.
Crear puestos de trabajo en las empresas ya existentes puede ser otra parte de la solución. Esto requiere el compromiso de los empresarios y apoyos gubernamentales, pero crear 585,000 empleos de alta calidad no es nada fácil…
Personalmente prefiero la alternativa de soñar con la creación de muchas pequeñas empresas que podrían hacer alianzas como proveedores de materiales, de partes y de servicios para las medianas y grandes empresas.
Estoy deseando que el Congreso de EUA apruebe una ley que les permita a los dreamers permanecer en aquel país. De hecho, EUA saldría ganando al conservar a un poderoso núcleo de personas valiosas y preparadas para aportar sus servicios a su país de adopción.
Pero en caso contrario, a México más le vale no solamente soñar, sino preparase para la llegada de miles de jóvenes que podrían convertirse en una amenaza para la estabilidad social y política de este país, pero que también pueden ser una gran oportunidad de crecimiento económico y social para México…
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
Fuentes de Información
1. Instituto Nacional de Migración-feb 2017
2. Secretaría del Trabajo y Previsión Social-Servicio Nacional de Empleo-Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2017
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