La pregunta ahora es ¿cómo apoyar a los damnificados para que puedan volver a poner en marcha sus empresas y generen los flujos económicos que les daban de comer a sus dueños, a sus familias y a sus empleados?
La solución “fácil” es otorgar préstamos a los afectados con garantías hipotecarias. Pero, ¿qué pasa con los que no tienen propiedades para otorgarlas como garantía?
La propuesta del presidente Peña Nieto de hacer “tandas” podría ser aplicable si, y sólo si, mientras construyen la casa o reconstruyen la empresa de quien le tocó primero en la “tanda”, los demás miembros de ese grupo tuvieran vivienda provisional y comida para sus familias. De otra manera esa “solución” no funcionaría por ser incompleta.
Son necesarias una serie de acciones de reconstrucción masivas, simultáneas y contundentes, tanto de casas y edificios como de micro, pequeñas y medianas empresas. Para ello se requiere algo más que créditos de corto plazo que cubran una parte del costo total de la casa o de la empresa. ¡Se necesitan créditos de largo plazo por la totalidad de la inversión!
Si lo vemos con ojos de banquero, se trataría de una “herejía”, pero si cambiamos a una visión de estadista, se abren caminos para acciones muy positivas para el país.
Será necesario formar grupos solidarios de 5 a 7 personas formando cooperativas, grupos en el que todos y cada uno de sus miembros reciben créditos y al mismo tiempo, todos se convierten en aval de los demás miembros del grupo, de tal forma que si uno no paga, los demás tendrán que cubrir la deuda del incumplido.
Los créditos deben ser acompañados de subsidios que permitan hacer financieramente viables los negocios o los pagos de las viviendas. Esto implicaría que entre el 25% y el 50% de la inversión sería subsidiada y el resto podría ser crédito a través de los grupos solidarios.
¿Esto es posible? Si México pudo hacer el rescate bancario, ¡con mayor razón es capaz de realizar este rescate!
Habrá muchos casos en los que simultáneamente se requerirá de apoyo alimentario para las familias cuya(o) jefa(e) obtenga crédito. Además los(as) apoyados(as) tendrán que aportar su trabajo personal en la reconstrucción.
Por otra parte las empresas apoyadas necesitan vender sus productos o servicios para sobrevivir, por lo que es indispensable que reciban asesorías técnica, financiera y de mercado, como parte de los apoyos.
También se requiere la participación de las medianas y grandes empresas para que adopten como proveedores de sus cadenas de valor a las micro, pequeñas y medianas empresas apoyadas con estos créditos y subsidios.
La operación de los recursos se puede realizar por medio de un fideicomiso público cuyo funcionamiento sea transparente y que informe mensualmente acerca de sus finanzas.
Pero falta lo más importante: Todo lo anterior debe reforzar la economía a nivel local, que es la que resultó más afectada por los terremotos.
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
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