Germán Madrazo compitió en las Olimpiadas de Invierno 2018 en Corea del Sur y llegó en último lugar, pero celebró la entrada a la meta como si hubiera ganado la medalla de oro.
La historia de su participación en las Juegos Olímpicos de Invierno (JOI) en esquí de fondo (cross country 15 km) es aleccionadora. Él tiene 43 años, por lo que es todo un veterano para esta prueba a pesar de ser un triatleta que ha competido en varios “ironman”, pero con cero experiencia en esquí en nieve.
Germán conoció la historia de Roberto Carcelén, el primer peruano en participar en las Olimpiadas de Invierno y se puso en contacto con él para pedirle consejo. Carcelén le recomendó a su entrenador, que vivía en Estados Unidos (EUA) y Germán le pidió a éste que lo entrenara, pero el entrenador le contestó que no tenía tiempo suficiente y que lo más que podría hacer por él sería que lo acompañara en un viaje de 6000 km para ir a entregar un automóvil y en el camino podrían ir parando para aprovechar pistas de esquí y así aprendió a esquiar en nieve y este fue su entrenamiento.
Adicionalmente tuvo que participar en competencias previas para calificar para los Juegos Olímpicos, sin tener apoyo económico oficial y al mismo tiempo atender su negocio y ser padre de trillizos. Además de tener que cambiar de residencia del estado de Tamaulipas, Mex. a EUA, por amenazas a la seguridad de su familia.
La última competencia previa a los JOI 2018, fue en Islandia y ese caso el dinero sólo le alcanzó para comprar el boleto de ida y prácticamente nada para comer. Aun así logró calificar para la Olimpiada de Invierno 2018 en Corea.
En el camino conoció y forjó amistad con el chileno Yonathan Fernández y el tongano Pita Taufatofua, también competidores en esquí de fondo y en circunstancias similares a la suya.
En los JOI de Corea, después de un tremendo esfuerzo logró entrar a la meta en el último lugar, el 116 de 118 competidores que iniciaron la carrera, porque dos tuvieron que abandonar la competencia.
¿Qué podemos aprender de esta historia que suena quijotesca? Aquí van unas cuantas ideas:
• No importa si naciste o vives en un país tropical, si tienes 43 años, eres padre de familia, vives de tu trabajo, no sabes esquiar en nieve y no recibes apoyo oficial, si realmente quieres, puedes competir en las Olimpiadas de Invierno o en cualquier otro reto.
• Una vez establecida tu meta, las dificultades que surjan, serán sólo piedras en el camino y no obstáculos infranqueables que te hagan desistir.
• En una competencia de cualquier tipo, quien gana el primer lugar no es el único importante, quien entra a la meta en último lugar pero con actitud de victoria, ¡también es un ganador!
• La meta conseguida se convierte en un escalón para alcanzar otros logros y así continuar ascendiendo. Los fracasos serán lecciones a aprender para llegar a la meta en la próxima oportunidad. Germán quiere seguir participando en las Olimpiadas de Invierno, ahora como entrenador.
• Finalmente, lo que opinen los demás, es lo de menos. Tu decisión personal es el motor que impulsará tus esquís.
Va desde aquí un gran aplauso y un agradecimiento a Germán Madrazo y a otros(as) muchos(as) que nos dan lecciones de vida todos los días. México necesita urgentemente muchas personas como Germán.
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
Fuentes de Información
www.espn.com.mx Olimpiadas de Invierno 2018
Portavoces de Paz 2018
Muchas Gracias por compartir esta realidad que me ayuda a motivarme a seguir adelante.
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