INGRESO BÁSICO PARA LA PAZ SOCIAL
CARTA AL PRESIDENTE LÓPEZ OBRADOR
Sr. Presidente:
Le escribo con “el corazón en la mano” porque al igual que muchos(as) mexicanos(as) siento temor e incertidumbre al reflexionar acerca del futuro de nuestro país.
Como Ud. bien lo sabe, la pandemia de COVID-19 además de los efectos en la salud de todos(as) ha tenido gran impacto en las actividades económicas, dejando sin trabajo a millones de mexicanos(as), provocando el cierre de miles de empresas y rompiendo cadenas productivas que han costado construirlas muchos años, a mucha gente.
Cadenas productivas que empiezan con los(as) campesinos(as) de México para producir alimentos para todos(as) los(as) mexicanos(as) e incluso para la exportación a otros países. También generando materias primas para gran cantidad de industrias, que a su vez crean fuentes de trabajo que son vitales para producir bienes y servicios para el bienestar de todos(as) los(as) mexicanos(as).
La emergencia causada por el COVID-19 ha puesto en aprietos económicos no sólo a los países, junto con ellos a cada uno de los(as) ciudadanos(as) y a cada una de las familias porque los recursos económicos no “llegan al final del mes”, y no alcanzan para cubrir las necesidades familiares. Y esta situación se va agravando conforme pasan los días, las semanas y los meses…
Especialmente afectados son aquellos(as) que “viven al día” con trabajos no-formales, quienes al reducirse la circulación de personas en los espacios públicos siguiendo la instrucción de “Quédate en Casa”, tienen menos posibilidades de obtener ingresos, arrojándolos a la pobreza extrema.
¿Hasta cuándo un padre o una madre de familia va a resistir la presión sin hacer algo desesperado?
¿Hasta dónde podremos “estirar la liga” sin reventarla? Si Ud. fuera ese padre de familia puesto “entre la espada y la pared”, ¿qué haría? ¿hasta dónde podría llegar?
Sr. Presidente, no permita que lleguemos hasta esos extremos, ¡URGE YA UNA SOLUCIÓN! Y Ud. tiene la posibilidad de crear un instrumento económico-social que puede abrir el camino a la tranquilidad social.
Este instrumento es el “Ingreso Básico Universal” (IBU), que si es aplicado a partir de julio/2020 permitiría construir las bases para tener paz social al reducir la inestabilidad económica de las familias mexicanas.
El IBU otorgaría la cantidad equivalente a un salario mínimo cada mes a cada uno de los(as) ciudadanos mexicanos(as) para ser utilizado libremente, sin necesidad de comprobaciones fiscales.
El IBU sería solamente la base para un ingreso mayor, ya que permitiría trabajar y arriesgar en empresas pequeñas o grandes, y sería como una “malla de seguridad” en caso de no tener otros ingresos familiares, beneficiando en primera instancia a los más pobres, pero además generando un círculo virtuoso con un flujo muy importante de recursos en los circuitos económicos.
La puesta en marcha del IBU requiere de grandes cantidades de recursos económicos y también de gran apoyo social y político. Parte de los recursos pueden obtenerse de reasignaciones presupuestales y otra parte de créditos internacionales a largo plazo, de organismos con los cuales México tiene ya líneas crédito, por lo que las operaciones se podrían realizar rápidamente.
El apoyo social y político Ud. ya lo tiene asegurado con los diputados de su propio partido, pero además de otros partidos políticos y organizaciones sociales y empresariales que ven con buenos ojos esta solución y seguramente que el pueblo de México lo apoyará, convirtiendo al IBU en una fuente de consenso social y político.
Permítame terminar esta carta reiterando la urgencia de poner en práctica el IBU antes de que se nos acabe el tiempo de gracia…
Atentamente
Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
domingo, 21 de junio de 2020
lunes, 8 de junio de 2020
CARTA A DIPUTADAS Y DIPUTADOS: covid-19
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión
Señoras y Señores Diputadas(os)
Los impactos de la pandemia de COVID-19 en la economía de México y del mundo han sido muy importantes, debido principalmente a la suspensión de actividades económicas y a la permanencia de las personas en sus casas por instrucciones de las autoridades de salud con el objeto de reducir el contagio de esta enfermedad, por lo que urgen acciones de gran escala para volver a tener crecimiento económico pero sin poner en riesgo la salud de la población.
Conforme se reduce el crecimiento de casos confirmados de COVID-19 y avanza la puesta en práctica de la reactivación económica hacia la “nueva normalidad", se hace necesario un detallado recuento de los daños económicos y sociales para actuar en consecuencia, por ejemplo:
• Miles de empresas sin capital de trabajo para poder operar.
• Otros miles de empresas en quiebra.
• Millones de personas despedidas de sus trabajos o “puestos en descanso” por sus empleadores, sin fecha definida para regresar al trabajo.
• Millones de mexicanos(as) en pobreza o en extrema pobreza.
• Millones de personas con hambre.
Cada una(o) de Uds. diputadas y diputados puede ponerle números e incluso nombres a cada uno de los renglones anteriores, porque conocen cómo estaba y cómo quedó la situación económica y social de sus distritos electorales después de estos meses de confinamiento en casa y de suspensión de la mayoría de las actividades económicas.
La reactivación de la economía tomará su tiempo, tal vez varios años, por lo que existe el riesgo que
estos daños generen malestar social que a su vez en poco tiempo podría degenerar en más pobreza, hambre, violencia y disturbios que a nadie favorecen y si en cambio facilitan la instauración de regímenes autoritarios.
Es en este momento que se necesita una “inyección” de energía a la economía nacional que tenga efectos de “reacción en cadena”, partiendo del gasto que podría hacer cada ciudadano. Es por ello que hago un llamado muy insistente a todos(as) las(os) legisladores(as) para que sin distinción de partidos y con el objetivo de reparar, (aunque sea parcialmente) los daños colaterales causados por la pandemia de COVID-19 en la economía personal y familiar, aprueben la creación del Ingreso Básico Universal (IBU) y al mismo tiempo se le dote con los recursos suficientes para que a cada ciudadano mexicano, es decir, personas mayores de 18 años, se le entregue mensualmente la cantidad de $3690 (equivalentes al salario mínimo) a partir de mes julio y hasta diciembre de 2020, para que lo utilice libremente.
Además del impacto positivo en las finanzas personales de cada mexicano(a), servirá de “paracaídas” en caso de que esa persona no tenga un trabajo remunerado y por otra parte tendrá un impacto positivo en la economía del país al inyectar un importante flujo de recursos en los circuitos económicos. Lo anterior agregado a la inversión pública y privada que generarían fuentes de trabajo cuyos sueldos se sumarían a los ingresos de sus empleados por concepto del IBU.
¿Cuánto costará y de donde saldrá ese dinero?
Un programa de la magnitud del IBU necesita acciones de gran escala que incluyen reasignaciones en las partidas del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 y la contratación de préstamos internacionales a largo plazo. Aquí viene la parte importante de la participación de los(as) legisladores(as), ya que será necesario reasignar partidas presupuestales 2020 y del ejercicio 2021 cuando se prepare el presupuesto de ese año.
Los efectos negativos en la economía del país por la suspensión de actividades de las empresas e instituciones ordenada por las autoridades de salud, cada día son más angustiantes para los(as) ciudadanos(as) y causan grave impacto en las finanzas personales y empresariales y también en las finanzas públicas, por lo que es urgente que las medidas correctivas se pongan en práctica en muy corto plazo, es decir, antes de que finalice este año, es por ello que atentamente solicito su voto favorable para la creación del INGRESO BÁSICO UNIVERSAL y para las modificaciones que requiera el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 y para aprobar las partidas necesarias para incluir el IBU en 2021. Estas acciones legislativas permitirán lograr simultáneamente los objetivos económicos y de salud requeridos por los(as) mexicanos(as).
La historia de México les reconocerá su valentía y decisión.
Atentamente
Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
Señoras y Señores Diputadas(os)
Los impactos de la pandemia de COVID-19 en la economía de México y del mundo han sido muy importantes, debido principalmente a la suspensión de actividades económicas y a la permanencia de las personas en sus casas por instrucciones de las autoridades de salud con el objeto de reducir el contagio de esta enfermedad, por lo que urgen acciones de gran escala para volver a tener crecimiento económico pero sin poner en riesgo la salud de la población.
Conforme se reduce el crecimiento de casos confirmados de COVID-19 y avanza la puesta en práctica de la reactivación económica hacia la “nueva normalidad", se hace necesario un detallado recuento de los daños económicos y sociales para actuar en consecuencia, por ejemplo:
• Miles de empresas sin capital de trabajo para poder operar.
• Otros miles de empresas en quiebra.
• Millones de personas despedidas de sus trabajos o “puestos en descanso” por sus empleadores, sin fecha definida para regresar al trabajo.
• Millones de mexicanos(as) en pobreza o en extrema pobreza.
• Millones de personas con hambre.
Cada una(o) de Uds. diputadas y diputados puede ponerle números e incluso nombres a cada uno de los renglones anteriores, porque conocen cómo estaba y cómo quedó la situación económica y social de sus distritos electorales después de estos meses de confinamiento en casa y de suspensión de la mayoría de las actividades económicas.
La reactivación de la economía tomará su tiempo, tal vez varios años, por lo que existe el riesgo que
estos daños generen malestar social que a su vez en poco tiempo podría degenerar en más pobreza, hambre, violencia y disturbios que a nadie favorecen y si en cambio facilitan la instauración de regímenes autoritarios.
Es en este momento que se necesita una “inyección” de energía a la economía nacional que tenga efectos de “reacción en cadena”, partiendo del gasto que podría hacer cada ciudadano. Es por ello que hago un llamado muy insistente a todos(as) las(os) legisladores(as) para que sin distinción de partidos y con el objetivo de reparar, (aunque sea parcialmente) los daños colaterales causados por la pandemia de COVID-19 en la economía personal y familiar, aprueben la creación del Ingreso Básico Universal (IBU) y al mismo tiempo se le dote con los recursos suficientes para que a cada ciudadano mexicano, es decir, personas mayores de 18 años, se le entregue mensualmente la cantidad de $3690 (equivalentes al salario mínimo) a partir de mes julio y hasta diciembre de 2020, para que lo utilice libremente.
Además del impacto positivo en las finanzas personales de cada mexicano(a), servirá de “paracaídas” en caso de que esa persona no tenga un trabajo remunerado y por otra parte tendrá un impacto positivo en la economía del país al inyectar un importante flujo de recursos en los circuitos económicos. Lo anterior agregado a la inversión pública y privada que generarían fuentes de trabajo cuyos sueldos se sumarían a los ingresos de sus empleados por concepto del IBU.
¿Cuánto costará y de donde saldrá ese dinero?
Un programa de la magnitud del IBU necesita acciones de gran escala que incluyen reasignaciones en las partidas del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 y la contratación de préstamos internacionales a largo plazo. Aquí viene la parte importante de la participación de los(as) legisladores(as), ya que será necesario reasignar partidas presupuestales 2020 y del ejercicio 2021 cuando se prepare el presupuesto de ese año.
Los efectos negativos en la economía del país por la suspensión de actividades de las empresas e instituciones ordenada por las autoridades de salud, cada día son más angustiantes para los(as) ciudadanos(as) y causan grave impacto en las finanzas personales y empresariales y también en las finanzas públicas, por lo que es urgente que las medidas correctivas se pongan en práctica en muy corto plazo, es decir, antes de que finalice este año, es por ello que atentamente solicito su voto favorable para la creación del INGRESO BÁSICO UNIVERSAL y para las modificaciones que requiera el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 y para aprobar las partidas necesarias para incluir el IBU en 2021. Estas acciones legislativas permitirán lograr simultáneamente los objetivos económicos y de salud requeridos por los(as) mexicanos(as).
La historia de México les reconocerá su valentía y decisión.
Atentamente
Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
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