domingo, 16 de agosto de 2020

¿SALUD vs ECONOMÍA?


Recorriendo las ciudades de México es posible encontrar los restos de múltiples empresas que han cerrado, no sólo temporalmente, sino definitivamente a causa de las pérdidas originadas por la larga cuarentena de la pandemia de COVID19, y se pueden contar las consecuencias en la pérdida de miles y miles de empleos.

Esto nos obliga a reflexionar y revisar nuestra escala de valores ¿Qué es primero, la salud o la economía?

Teniendo salud es posible trabajar y ganar dinero (aunque sea con limitaciones) para usarlo en todo lo demás: comer, vestir, divertirse, estudiar, viajar, etc. Tener dinero sin salud nos permite usar los recursos económicos para pagar servicios médicos, medicinas, hospitales, etc. con las limitaciones que impone la falta de salud, que puede llevar hasta la muerte…

Obvio que lo ideal sería no tener esta disyuntiva y poder gozar al mismo tiempo de buena salud y de buenas condiciones económicas. Pero la cruda realidad prácticamente nos obliga a escoger, ya sea que se trate de una decisión personal o familiar, o a nivel social al aceptar o incluso apoyar las decisiones que tomen nuestros gobernantes, quienes podrán o no “apretar el botón de emergencia” cuando las condiciones de la pandemia empeoren y el “semáforo rojo" nos indique regresar a la cuarentena obligatoria para todas las personas y todas las empresas e instituciones.

Desde luego que esta no es la solución óptima, pero… ante dos problemas de alto riesgo cuyas soluciones aparentemente se excluyen entre sí, se requiere de creatividad y valentía para diseñar y poner en práctica otras alternativas, incluyendo algunas que han sido poco exploradas, por ejemplo:


Estimular la utilización del comercio electrónico en las pequeñas y medianas empresas (PYMES). (Las empresas grandes y gigantes ya lo usan muy exitosamente, como es el caso de Amazon). Esto permitirá activar la economía, al mismo tiempo que “nos quedamos en casa”. 
Promover y coordinar el uso de horarios escalonados de entrada y salida en las escuelas, las empresas e instituciones para reducir la aglomeración en los transportes públicos evitando con ello las “horas pico”. Promover la bicicleta como medio de transporte. 

Impulsar el consumo de alimentos y bebidas que fortalecen el sistema inmunológico para reducir el contagio de COVID19 y de otras enfermedades. 
Incentivar la producción de algunos alimentos a nivel casero en hortalizas en el jardín o el patio de la casa y en las azoteas. Al mismo tiempo desalentar el consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, particularmente para los niños y jóvenes.
Desarrollar alternativas de clases no-presenciales para todos los niveles escolares. Pueden ser clases con o sin maestro o por medios electrónicos o sin éstos, dependiendo de la disponibilidad de recursos técnicos en cada localidad.
Realizar campañas de educación para la salud, especializadas para niños, adolescentes, jóvenes y adultos que puedan ser trasmitidas por personas no profesionales de la salud y utilizando diversos materiales y equipo técnico.
Diseñar y poner en práctica diversas formas de trabajo en casa que sustituyan en todo o en parte los trabajos en oficinas y fábricas.
Realizar eventos masivos como servicios religiosos, conciertos, partidos de futbol, espectáculos musicales, etc. no-presenciales, para ser vistos vía TV y/o redes electrónicas.

Es muy importante resaltar que estas y otras alternativas para evitar la disyuntiva “SALUD vs ECONOMÍA” no dependen exclusivamente del gobierno federal o del gobierno estatal o municipal, sino que las empresas, las instituciones religiosas, las organizaciones civiles y por supuesto los(as) ciudadanos(as), tenemos todos(as) una tarea que hacer para conciliar SALUD Y ECONOMÍA y NO morir en el intento.

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano


2 comentarios:

  1. En la propuesta acerca de promover el uso de la bicicleta como medio de transporte (no sólo para deporte) se sugiere la construcción de una red de ciclovías para facilitar el uso de la bici y reducir los accidentes.

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  2. Se propone que el uso del cubrebocas en los tianguis sea obligatorio para reducir las posibilidades de contagio.

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