Así la relación entre Canadá y México podría describirse con una sola frase de telenovela: “me pega… pero que guapo está” y seguimos aceptando ese trato de un país del cual tenemos buena imagen, pero ciertas experiencias amargas.
A lo largo del tiempo y en diversas circunstancias ha quedado perfectamente claro que los intereses de Canadá van primero que cualquier otro valor en juego. Para muestra bastan los ejemplos de varias compañías mineras canadienses que operan en México, que se comportan en su país respetuosas del medio ambiente, de los derechos humanos y de los derechos de los pueblos originarios, mientras que sus empresas filiales en México contaminan el aire y el agua, talan bosques y son depredadores de los territorios de los pueblos indígenas que han sido poseedores desde tiempos inmemoriales de los terrenos cuyo subsuelo tiene minerales valiosos y que explotan en contubernio con funcionarios mexicanos corruptos. Además pagan impuestos ridículamente bajos (comparados con lo que pagan en Canadá) y los obreros mexicanos perciben sueldos hasta 8 veces más bajos que sus pares canadienses. Hay 91 empresas canadienses vinculadas a conflictos mineros en América Latina, 37 de esos conflictos están en México y cuentan con el apoyo del gobierno canadiense, que no ha cambiado su actuación con Trudeau.(2)
Ya lo dijo el Primer Ministro Trudeau, Canadá va a defender su industria lechera, minera, maderera o cualquier otra de su país y no hay que hacernos ilusiones de que ayudará a México frente a EUA, sacrificando a Canadá sólo porque los mexicanos somos simpáticos o tercermundistas.
México exporta a Canadá automóviles, aparatos de audio y video, piezas para aeronaves, etc., mientras que ese país exporta a México semillas de nabo (para producir aceites) aleaciones de aluminio y vehículos. En caso de cancelarse el TLCAN los dos países tendrían que firmar un acuerdo bilateral de comercio.
Canadá depende fuertemente del comercio con EUA por lo que el TLCAN es un instrumento de diversificación que tiene alto valor político para intentar liberarse de la hegemonía de EUA. Además, estar en el TLCAN es un importante medio para evitar que Canadá pierda las ventajas que logró con su acuerdo bilateral de comercio con EUA y prevenir que las inversiones que van de EUA a Canadá se desvíen hacia México, por ello para Canadá ser parte del TLCAN es un ”control de daños” al incrementarse de forma importante las relaciones comerciales México-EUA (3).
Por otra parte Canadá ha sostenido internacionalmente una posición de defensa de los Derechos Humanos y particularmente en México, pero al mismo tiempo algunas empresas canadienses que operan en nuestro país NO respetan los Derechos Humanos en la vida diaria de sus negocios.
Adicionalmente, Canadá habla de solidaridad con los países en desarrollo, pero esto se esfuma cuando entran en riesgo los puestos de trabajo de los canadienses.
A pesar de lo anterior la Ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, afirmó que el gobierno canadiense no tiene intención de sacrificar a México, pero también dijo “…Canadá no es el problema de EUA…” (¿entonces el problema es México?) y plantea la posibilidad de incluir (en la quinta ronda de negociaciones) los temas de mecanismos de protección laboral, del medio ambiente, de equidad de género y de las poblaciones indígenas como parte de las discusiones del TLCAN (4).
Ahora esperemos que el gobierno y las empresas canadienses pongan en práctica esos temas en sus relaciones y operaciones con México, para dejar atrás la cara bonita y llegar a los buenos tratos…
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
Fuentes de Información
1. El Financiero-2017
2. www.remamx.org Red Mexicana de Afectados por la Minería-El rastro de sangre de las mineras canadienses en América Latina-2017
3. www.cidob.org Canadá y el TLCAN entre global y regional- Caterina García S.
4. El Financiero-2017
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