Cierto día en una entrevista le preguntaron a un viejo amigo mío “¿Es Ud. honrado, honrado, honrado?” Y él les respondió “¿qué tal si lo dejamos en honrado a secas?”
“HONRADOS”, sin otro calificativo, así me gustaría que fuéramos todos(as) los(as) mexicanos(as) y acabar así con la corrupción y la impunidad. Para lograrlo necesitamos una campaña para reposicionar la honradez como una característica deseable de cada mexicano, para desterrar de nuestra vida diaria aquello del "que no transa no avanza".
Pero sería preferible que esta campaña no la dirija algún organismo gubernamental o religioso y que no sea impuesta de arriba hacia abajo por las autoridades como algo obligatorio, como fue la Revolución Cultural en la China de Mao, sino que surja de la sociedad civil para satisfacer una necesidad similar a disponer de agua o de alimentos que son indispensables para la vida (para el caso del agua y los alimentos) y para poder sobrevivir como sociedad (en el caso de la honradez).
Sería necesario ponernos de acuerdo en un gran objetivo general que (por ejemplo) podría ser:
“Los mexicanos actuamos en cada circunstancia de la vida respetando los bienes ajenos, sean materiales o intangibles”.
Una campaña nacional de esta naturaleza requiere de la participación y el apoyo de organizaciones e instituciones tales como los medios de comunicación, las escuelas y universidades, las empresas y los organismos empresariales y sindicales, las iglesias y desde luego de los tres órdenes del gobierno y de grupos de la sociedad civil. Por supuesto que las redes sociales tendrían que jugar un papel muy importante en la socialización del objetivo y las acciones a realizar. TODOS trabajando hacia el mismo objetivo: #MéxicoHonesto aunque cada organización o institución participante podría utilizar contenidos y formas distintas.
No puede ser exitosa una campaña por la honestidad si no hay consecuencias para quienes no actúen honestamente. Por ello es indispensable que la parte de la campaña que promueve ciertos comportamientos positivos, sea acompañada por acciones que “hagan valer las leyes” de tal manera que no actuar honestamente sea castigado conforme a la ley, evitando la impunidad. Esto requiere un reforzamiento del sistema judicial para perseguir, juzgar y castigar a quienes no cumplan con las leyes. Esta es la parte que le corresponde al gobierno a través de sus tres Poderes: legislar, ejecutar lo legislado y hacer justicia. No se trata de imponer una determinada moral sino de lograr que se cumplan las leyes.
Aquí surge la importancia de las acciones individuales de cada ciudadano. Por ejemplo tendríamos que eliminar de nuestro comportamiento diario conducir un vehículo viendo el teléfono celular y esperar que la autoridad no intervenga o si lo hace, “arreglarlo” con una mordida.
También de la sociedad civil (particularmente a través de las redes sociales) para denunciar ante las autoridades, pero también para castigar socialmente a los infractores de las leyes en lugar de no hacer nada o incluso aplaudir comportamientos tales como el robo y venta ilegal de combustibles (“huachicol”), los concursos amañados o la compra de insumos para hospitales públicos a precios inflados. El castigo social podría consistir en rechazar hacer negocios con esas personas o empresas y/o en la difusión de sus acciones a través de las redes sociales. Si la sociedad civil no hace su parte, no tendremos argumentos sólidos para exigirle a los gobernantes que hagan la suya.
Lo primero que tendrían que hacer los gobernantes en turno, es acabar con la impunidad. Por ejemplo, no se vale lanzar una campaña contra el “huachicol” y no llegar hasta las últimas consecuencias con la detención, juicio y en su caso castigo de los autores intelectuales y de los grandes operadores del robo y la venta ilegal de combustibles.
En resumen: Acabar con la corrupción y la impunidad y lograr un #MéxicoHonesto no se puede lograr con acciones aisladas (ni aun siendo acciones gubernamentales), se requiere una decisión social ampliamente compartida y un compromiso profundo, tanto de autoridades como de la sociedad civil para actuar honestamente.
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
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