COMER O NO, EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
Hoy me enfrenté crudamente con algunas de las consecuencias más dolorosas de la pandemia de COVID-19, analizadas bajo la mirada crítica de mi esposa en su recorrido por la ciudad para realizar algunas “actividades esenciales”.
Platicamos con varios ex meseros de conocido restaurante en Guadalajara (México), que están pasando casa por casa ofreciendo la entrega a domicilio de los platillos del menú de ese restaurante, porque las indicaciones de las autoridades de salud estatales y federales de “sana distancia” y “quédate en casa” y el cierre de “actividades no esenciales”, los dejó sin trabajo y sin ingresos. Es perfectamente claro que éstas son medidas de salud pública indispensables para vencer a la pandemia y que los daños colaterales en la economía familiar y en general del país son consecuencias no-deseadas, pero muy dolorosas.
En las calles, adicionalmente a los vendedores de chicles o fruta, en muchos de los cruceros con semáforos también hay personas con letreros pidiendo ayuda por la misma razón. Incluso por las redes sociales circulan mensajes y videos ofreciendo la entrega a domicilio de frutas y verduras frescas, así como de platillos ya cocinados que ayudan a los posibles consumidores a decidir qué comer hoy.
Pero para quienes se quedaron sin trabajo, la pregunta ¿qué comeremos hoy? tiene otro sentido que implica la terrible realidad muy cercana de NO COMER HOY… Conforme se han ido agotando los ahorros familiares, el número de ofertantes callejeros de comida o servicios y el de solicitantes de limosna ha crecido y se incrementará hasta que “el hilo se rompa por lo más delgado”.
Obvio decir que URGE enfrentar este problema y que su magnitud rebasa a cualquier institución social, privada o gubernamental. Por lo que, ahora más que nunca se necesita que todas y todos los mexicanos nos unamos para atender esta emergencia, ANTES de que sea demasiado tarde, es decir: ANTES de que responder a la pregunta ¿qué comeremos hoy? implique el uso de la violencia.
Las acciones propuestas en los tres artículos anteriores sobre este mismo tema, son complementarias con el planteamiento de hoy, es decir se requiere realizarlas simultáneamente. Es necesario atender la urgencia de alimentos pero al mismo tiempo implementar proyectos de obras públicas que generen empleo y también incentivar la operación de la economía con la inyección de recursos frescos que se originan con la creación del Ingreso Básico Universal, generando con todo esto un círculo virtuoso como el que describía la semana pasada.
Ahora se necesita un esfuerzo adicional de coordinación con la participación tripartita de sociedad civil, instituciones públicas y privadas, porque el riesgo social es mucho mayor que antes. Existen ejemplos muy concretos de coordinación como es el caso de los “Bancos de Alimentos” o el proyecto “Hoy por ti, mañana por mi”, pero será indispensable multiplicar la coordinación.
El hambre es mala consejera y este problema puede llevar a decisiones extremas cuando todos los caminos parecen cerrados…
Autor: Rodrigo Diez de Sollano
Twitter: @DeSollano
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