jueves, 21 de septiembre de 2017

TERREMOTO: De la Solidaridad a la Acción Política

El 19 de septiembre de 2017 prometía ser un día tranquilo, con un mega-simulacro de terremoto programado en todo el país a las 11 am para recordar aquella fecha de 1985 y prepararnos para un eventual desastre en el futuro.

Pero… los hechos superaron a los simulacros cuando poco después de las 13 hrs. tembló la tierra con magnitud 7.1 y con epicentro en los límites de los estados de Morelos y Puebla, a cerca de 120 km de la Ciudad de México (1), por lo que los daños fueron enormes y en este momento aún no se tiene una cuenta definitiva del número de víctimas porque las brigadas de voluntarios continúan trabajando en diversos sitios, tanto de la capital del país como de los estados de Morelos, Puebla, México que se sumarán a las víctimas y daños del anterior sismo del 7 de septiembre en Oaxaca, Guerrero y Chiapas.

Como en otras ocasiones (y particularmente en 1985) la sociedad civil ha respondido con gran solidaridad y velocidad a las necesidades de ayuda de los damnificados. La respuesta gubernamental ha sido rebasada por la magnitud del desastre y los ciudadanos se han organizado por sí mismos para las labores de rescate.

La ayuda todavía es insuficiente especialmente en las zonas rurales, pero ya está fluyendo a través de centros de acopio que se han creado por organizaciones civiles y por los gobiernos municipales, estatales y federal. Pero es claro que el empuje más importante proviene de la sociedad civil, con el apoyo de miles de voluntarios que han ido rescatando a niñ@s en escuelas derrumbadas, a mujeres y hombres en edificios colapsados y que en todo el país están reuniendo ayuda en forma de medicinas, alimentos, herramientas, etc.

Poco a poco ha ido creciendo la conciencia entre los ciudadanos de que serán necesarios miles de millones de pesos para la reconstrucción de casas, edificios públicos y privados, hospitales, escuelas, fuentes de trabajo, monumentos históricos, etc.

Simultáneamente va creciendo la molestia en relación al proyecto de presupuesto federal de egresos 2018, en el cual el Instituto Nacional Electoral (INE) solicita 25,000 millones de pesos mexicanos (aprox. 1,500 millones de US Dlrs) que incluyen recursos para los partidos políticos y para el propio INE (2), para organizar las elecciones el año próximo. También crece el clamor popular para que ese presupuesto se use para la reconstrucción del país en lugar de utilizarlo para las elecciones.

Dicho en otras palabras: la solidaridad entre los ciudadanos abre paso a acciones políticas impensables hace apenas unos días cuando se discutía la iniciativa ciudadana de ley conocida como #SinVotoNoHayDinero, la cual quedó aprobada en Jalisco, pero no fue aprobada a nivel federal. Ahora ante las consecuencias de los desastres naturales, los ciudadanos estamos revalorando nuestras prioridades y con ello las prioridades del presupuesto federal de egresos 2018.

La respuesta de la sociedad civil y su capacidad de organización autónoma de las autoridades se convirtió en “caldo de cultivo” de otras acciones que ya no son solamente el rescate de personas damnificadas, sino el rescate de nuestro país que es un damnificado a causa de las acciones y las omisiones de los políticos corruptos que nos gobiernan.

Tal como pasó en 1985, conforme pasan los días, las posibilidades de rescatar con vida a las personas sobrevivientes entre los escombros, disminuyen hasta que la esperanza de vida se extingue. ¡Precisamente por eso urgen las acciones de rescate! También los voluntarios se cansan y eventualmente tienen que regresar a sus labores normales por lo que necesitan relevo y disminuye la donación de víveres y medicinas que obliga a mayor esfuerzo para obtenerlos. Es entonces cuando los recursos públicos (DE NUESTROS IMPUESTOS) son indispensables y es cuando los legisladores deben aprobar partidas presupuestales especiales para la reconstrucción.

Pero el malestar social acumulado por la corrupción y la ineptitud de los gobernantes, sumado a la lentitud de respuesta de las autoridades ante el desastre, dejará una profunda huella que muy probablemente se manifestará en un “terremoto político” empezando por la exigencia del cambio en el presupuesto 2018 y continuando con las elecciones federales, estatales y municipales, en las cuales seguramente se cobrarán todos los agravios acumulados.

¿Quién o quiénes serán los beneficiados por ese “terremoto político”?

La respuesta dependerá de lo que haga o deje de hacer lo que hemos llamado la “sociedad civil”, es decir aquell@s mexican@s comunes y corrientes que respondimos ante un desastre natural con solidaridad y responsabilidad y que ante la emergencia política también podemos responder libremente sin ser manipulados por corruptos. En pocas palabras, los beneficiarios debemos de ser nosotr@s l@s ciudadan@s.

La historia nos juzgará…

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Fuentes de Información
1. Servicio Sismológico Nacional-UNAM-19sep2017
2. Instituto Nacional Electoral-agosto2017

lunes, 18 de septiembre de 2017

AGUA: ¿La guerra que viene el año próximo?

Los pronósticos meteorológicos (1) para 2017 dicen que el volumen de precipitaciones pluviales en la República Mexicana será similar al promedio de años anteriores, pero que las lluvias serán “irregulares”, es decir, habrá regiones con exceso y otras con escasez de agua. Y tal parece que esa será la tendencia en éste y los próximos ciclos de lluvia, con eventos extremos de sequía o de inundaciones en diversos lugares del país.

Supongamos que como resultado de un temporal de lluvias “irregular” tengamos algunas regiones México con inundaciones, mientras que por otra parte el lago de Chapala baja a niveles mínimos en el tiempo de sequía, niveles en los que no es posible extraer agua para la ciudad de Guadalajara.  El agua tendría que ser racionada y habría “tandeos” que suministrarían cantidades mínimas de agua sólo para las necesidades más urgentes, porque el flujo de agua dependería de lo que llega a la zona urbana desde Los Altos de Jalisco por medio del acueducto Calderón-Guadalajara y de las extracciones de pozos en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Los parques y jardines de la ciudad se secarían y la salud pública se vería afectada por la falta de limpieza. El agua se convertiría en una mercancía más valiosa que el petróleo por ser indispensable para la vida de los seres humanos. Las “pipas” que actualmente transportan agua a precios muy altos a las colonias de la periferia que no tienen servicio del sistema de tuberías de agua potable, en ese futuro de lluvias “irregulares” la transportarían hacia las colonias residenciales de la ciudad, en donde se pagarían precios estratosféricos por el agua.

Los planes para terminar y poner en marcha la tan polémica presa del Zapotillo que inundaría 3 poblados en Los Altos de Jalisco (Temacapulín, Acasico y Palmarejo), quedarían nuevamente suspendidos porque entonces las autoridades estatales de Jalisco tendrían que asegurar primero el suministro de agua para la ZMG y Los Altos de Jalisco y después cumplir con los compromisos políticos de transferir agua hacia León, Guanajuato, ciudad que sufriría también la escasez de agua.

Es decir: tendríamos conflictos que rebasarían los límites estatales. Porque el suministro de agua tiene el potencial de ser fuente de conflictos locales, estatales, federales e incluso internacionales (para ejemplo sirven el río Bravo y el río Colorado, ambos entre México y Estados Unidos de América).

La Ciudad de México, Guadalajara, La Piedad, Monterrey, Ciudad Obregón y muchas otras ciudades del país sufren inundaciones en tiempo de lluvias y escasez de agua en tiempo de sequía que han justificado la construcción de grandes obras de ingeniería para el suministro de agua potable y para el drenaje de las aguas negras y pluviales, como el Sistema Cutzamala de agua potable para la Ciudad de México y el Túnel Emisor Oriente para drenaje.

Pero al mismo tiempo, entre el 30% y el 40% del agua que se bombea a la ZMG o a la Ciudad de México se desperdicia por fugas en el sistema de tuberías y otro porcentaje importante es desperdiciado por el mal uso de los propios habitantes.

Por otra parte, el agua de lluvia se va al sistema de drenaje de aguas negras tanto en las calles y avenidas, como en las casas y edificios, con lo cual se incrementa enormemente el volumen a desalojar y se desperdicia agua que puede equivaler al 30% del suministro total y que podría ser almacenado para su uso posterior. Es necesario separar los sistemas de manejo del agua de lluvia de los drenajes de aguas negras. El agua pluvial puede controlarse en canales que tendrían el mismo trazo que originalmente tenían los ríos y arroyos que cruzaban las zonas urbanas. Esta agua puede almacenarse en lagos y represas urbanas, que además de embellecer las ciudades, se utilizarían para riego de parques y jardines.

¿Qué pasaría si en lugar de bombear agua desde distancias cada vez mayores ser corrigen las fugas en las tuberías y se capta el agua de lluvia?

Para empezar, se reducirían los conflictos sociales que genera la captación, almacenaje y transporte del agua desde grandes distancias quitando el suministro a los habitantes más cercanos a las fuentes de agua.

En la ZMG en cada casa o edificio se pueden captar hasta 850 litros por metro cuadrado si la construcción estuviera equipada con un eficiente sistema de captura y almacenaje de agua, con lo que se podría cubrir aproximadamente el 30% de las necesidades. Algo similar se podría hacer en la Ciudad de México.

¿Y si en lugar de pelearnos por y con el agua, hacemos algo positivo para aprovechar la que ya tenemos a la mano?

Se requiere un plan de reposición total de las tuberías para reducir las fugas a prácticamente cero, otros componentes del plan sería la instalación de sistemas de captación de agua de lluvia en cada casa y edificio, la construcción de un sistema de canales y lagos para agua de lluvia y finalmente una gran campaña de ¡buen uso del agua!

Así en lugar de esperarnos a que estalle la guerra del agua, podemos preparar la paz acuática, que puede ser adoptada por tod@s l@s candidat@s de cualquier partido político…

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Fuentes de Información
1. Comisión Nacional del Agua-Servicio Meteorológico Nacional-2017

domingo, 10 de septiembre de 2017

Soñando con los "Dreamers"

Los “dreamers” (soñadores) son jóvenes extranjeros residentes en Estados Unidos de América (EUA) que fueron llevados a vivir en ese país cuando eran menores de edad y que han crecido y se han desarrollado como si fueran ciudadanos americanos, pero por no haber nacido en los EUA no tienen la ciudadanía americana. Muchos de ellos(as) se han acogido a la protección del programa “DACA” (Deferred Action for Childhood Arrivals) creado cuando Obama era presidente para permitirles temporalmente estudiar y trabajar en EUA y que ahora ha sido derogado por Trump, dejando un período de 6 meses para que el Congreso de los EUA emita las leyes que resuelvan este asunto. En caso contrario, serían expulsados conforme se vayan venciendo sus permisos temporales para estudiar y/o trabajar en aquel país.

Aun cuando existe oposición a la deportación de los dreamers incluso entre algunos congresistas republicanos, imaginemos por un momento que el Congreso de los EUA no emita una ley que regularice la situación legal de los dreamers y por ello muchos serían deportados, siendo aproximadamente 750,000 personas, de las cuales cerca de 585,000 son de origen mexicano (1).

¿Qué implicaría esto para México?

Las familias de los dreamers emigraron hace años a EUA porque no encontraron en México el trabajo y las condiciones de vida que deseaban. La situación no ha cambiado en nuestro país, de hecho en algunos aspectos ha empeorado, así que para un dreamer que regresa, México no le ofrece oportunidades de trabajo, de ingresos y de desarrollo profesional comparables con lo que puede encontrar en los EUA. Simplemente un ejemplo, un químico en EUA tiene un ingreso anual 5 veces mayor de lo que podría ganar en México. Además, como han crecido en EUA, la mayoría de los dreamers se sienten desligados de la cultura y la forma de vida en México.

Por otra parte, a pesar de que algunas universidades mexicanas han hecho esfuerzos para que los dreamers puedan revalidar sus estudios en México, los trámites siguen siendo largos y tortuosos.

Pero si se trata de soñar, el retorno de los dreamers podría ser una gran oportunidad para México. Imaginemos que la Secretaría de Educación Pública y las universidades mexicanas logran destrabar la revalidación de los estudios de los dreamers y al mismo tiempo emiten un generoso programa de becas de tal manera que quienes regresan a su país de origen puedan terminar sus estudios.

Pero, no es suficiente con terminar una carrera universitaria si al buscar trabajo solamente encuentran puestos con un sueldo mensual de $6,000 que es el promedio para un recién egresado (y $11,282 con experiencia) (2). No vale la pena esforzarse por terminar una carrera profesional. ¡Con estos ingresos es preferible regresar como ilegal a trabajar en los EUA!

¿Podría México impulsar programas de capacitación para el trabajo como técnicos electricistas, fontaneros, carpinteros, etc.? El estatus social que le hemos dado en este país a estas tareas las hacen menos atractivas, aun cuando los ingresos pueden ser mucho mayores. Se requiere en paralelo una campaña de publicidad para revalorar estos trabajos.

¿Podríamos soñar con un programa de apoyo a la creación de empresas para los egresados de carreras universitarias o de carreras técnicas? Sería un programa que impulse el espíritu emprendedor de los jóvenes que al terminar sus estudios ya pudieran estar trabajando en su propia empresa y dando trabajo a otras personas. Lo anterior podría realizarse con becas-crédito que les permitan estudiar y trabajar al mismo tiempo.

Crear puestos de trabajo en las empresas ya existentes puede ser otra parte de la solución. Esto requiere el compromiso de los empresarios y apoyos gubernamentales, pero crear 585,000 empleos de alta calidad no es nada fácil…

Personalmente prefiero la alternativa de soñar con la creación de muchas pequeñas empresas que podrían hacer alianzas como proveedores de materiales, de partes y de servicios para las medianas y grandes empresas.

Estoy deseando que el Congreso de EUA apruebe una ley que les permita a los dreamers permanecer en aquel país. De hecho, EUA saldría ganando al conservar a un poderoso núcleo de personas valiosas y preparadas para aportar sus servicios a su país de adopción.

Pero en caso contrario, a México más le vale no solamente soñar, sino preparase para la llegada de miles de jóvenes que podrían convertirse en una amenaza para la estabilidad social y política de este país, pero que también pueden ser una gran oportunidad de crecimiento económico y social para México…

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Fuentes de Información
1. Instituto Nacional de Migración-feb 2017
2. Secretaría del Trabajo y Previsión Social-Servicio Nacional de Empleo-Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2017

domingo, 3 de septiembre de 2017

CAMBIAR EL ADN POLÍTICO MEXICANO

Durante una de las mesas de trabajo del evento “La Ocupación” realizado por Wikipolítica del 30 de agosto al 2 de septiembre de 2017 en Guadalajara, Jal., se plantearon varias preguntas, entre las cuales resalta esta:
¿Qué cambiarías en México para que este país fuera mejor?

Yo cambiaría de fondo y forma el sistema político mexicano que funciona desde hace muchas décadas, con lo que podríamos llamar el código genético, el “ADN priísta”.

¿Qué significa esta frase?
México fue gobernado únicamente por el PRI y sus antecesores (PNR y PRM) desde 1929 hasta 1989 en que perdió por primera vez una gubernatura (Baja California) y en 2000 que perdió la Presidencia de la República. Posteriormente durante 12 años gobernó el país el PAN y ahora nuevamente el PRI.

Al mismo tiempo ha habido gobernadores, presidentes municipales, diputados y senadores de otros partidos. Pero… prácticamente todos han conservado cierta herencia del PRI en el estilo de gobernar, en el cual falta la transparencia, existe la corrupción, la actitud del funcionario inalcanzable, las decisiones antidemocráticas sin la participación popular, la mordida, el enriquecimiento ilícito, la impunidad, los pactos con el crimen organizado, etc., estuvieron y están presentes. En una palabra, el ADN político heredado del PRI se manifiesta en los gobiernos y en los políticos de todos los partidos.

Por otra parte la hegemonía del PRI durante tantos años despolitizó a los mexicanos, que tomamos una cómoda actitud de culpar al gobierno y a los políticos de todos los males del país, eludiendo nuestra responsabilidad como ciudadanos. La clase gobernante se volvió cada día más corrupta y nuevamente los ciudadanos nos subimos a ese tren en marcha, con la apatía y/o siendo parte de la corrupción. Las iglesias con su silencio ante los abusos de la clase política, también pusieron su grano de arena en este proceso de despolitización y muchos empresarios se aliaron con los gobernantes en turno, participando en jugosos negocios vía la corrupción. La actitud de “el que no transa no avanza” ha sido la ley no escrita de políticos de todos los niveles y colores, protegiéndose unos a otros con acuerdos y nombramientos transexenales.

Estas actitudes están tan impregnadas entre los mexicanos, que casi podríamos decir que son parte del ADN de muchos ciudadanos. Por eso se requieren cambios de fondo y forma en el sistema político mexicano, para impedir que los siguientes gobernantes en turno protejan a los anteriores corruptos y que los ciudadanos no hagamos nada al respecto.

El surgimiento de candidatos independientes a los puestos de elección popular, será cada día más aceptado por los ciudadanos y más rechazado por los políticos, pero permitirá traer nuevos aires para mejorar el clima político de nuestro país.

Ahora que Wikipolítica ha anunciado el lanzamiento de pre-candidatos para diputados estatales y federales en varios estados y la pre-candidatura de Pedro Kumamoto al Senado de la república, surge la esperanza de una nueva generación de políticos que cambien el estilo priísta de hacer política, con la transparencia y limpieza en su actuación. Pero se requiere la presencia y vigilancia de los ciudadanos, ya que ser joven y con ideales no los convierte en intocables por la corrupción y los acuerdos bajo la mesa, etc.

Por otra parte está la tentación de la arrogancia que trae el éxito y el poder. La participación y alianzas con personas de otras generaciones y de otros actores sociales y políticos es fundamental para aprovechar sus conocimientos y su experiencia.

El cambio del ADN político de los mexicanos depende de todos(as) y cada uno de nosotros(as), no solamente de quienes se presentarán directamente como candidatos independientes a puestos de elección popular.

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Fuentes de Información:
Wikipolítica-La Ocupación-ag-sept 2017