lunes, 25 de febrero de 2019

Campaña #MéxicoHonesto parte 2

Campaña #MéxicoHonesto   parte 2

La semana pasada se propuso en términos generales la campaña #MéxicoHonesto. Ahora se plantean más detalles acerca de la organización y operación de la campaña. A continuación se presenta una propuesta de objetivos, participantes, forma de organización, etc., solicitando al mismo tiempo a las(os) lectores sus comentarios y contrapropuestas, pero más que todo, ¡su participación!

OBJETIVO:
El objetivo general tendría dos partes, la primera se refiere a crear el ambiente social y la disposición de todos(as) los(as) mexicanos(as) en favor de la honestidad como un distintivo “aspiracional” que será reconocido por toda la sociedad mexicana. La segunda parte es la puesta en práctica de esa característica en el quehacer diario individual y colectivo:
a) Reposicionar la honestidad como una característica muy deseable de los(as) mexicanos(as).
b) Lograr que los(as) mexicanos(as) actuemos en cada circunstancia de la vida respetando los bienes ajenos, sean materiales o intangibles”.

PARTICIPANTES:
La campaña #MéxicoHonesto está abierta para todos(as) ya sea a nivel individual o por medio escuelas, universidades, iglesias, sindicatos, empresas, organizaciones empresariales, clubes deportivos, medios masivos de comunicación, organizaciones de la sociedad civil, etc.
Lo ideal sería que todos(as) los(as) mexicanos(as) participen en esta gran campaña, tanto a nivel individual (por medio de las redes sociales), como a través de sus organizaciones e instituciones, para que los colectivos actúen honestamente como resultado de que cada uno de sus integrantes esté convencido y actúe así.

ORGANIZACIÓN:
Se propone que la campaña tenga una conducción descentralizada, sin un mando único, de tal manera que todos los participantes se comprometan únicamente a coincidir en el logro del objetivo planteado más arriba, pero cada persona, cada organización o institución participante diseña, produce, financia y publicita sus propios contenidos a través de spots de radio y TV, en periódicos y revistas, en cine y otros medios audiovisuales, y desde luego por medio de las redes sociales. Si el discurso de las instituciones y organizaciones participantes coincide con el objetivo de la campaña, sus comunicaciones oficiales podrían promover el logro de un #MéxicoHonesto. Pero la campaña también debe tener contenidos y acciones a nivel individual, es decir cada uno(a) de nosotros(as) podría realizar su propia campaña, no conducida por alguna organización o institución, ya sea vía las redes sociales o directamente de persona a persona. A final de cuentas lo que se estaría obteniendo es que cada uno(a) de los(as) mexicanos(as) actuemos honestamente en la vida diaria.

ROLES DE LOS PARTICIPANTES:
La campaña la diseña y la conduce la sociedad civil, (como ya se dijo) en forma individual o por medio de sus organizaciones.
El rol del sector gubernamental es legislar, ejecutar las leyes e impartir justicia. Lo cual implica que debe aplicar la ley y castigar a los infractores, pero no imponer una determinada moral.

RIESGOS Y OPORTUNIDADES DE UNA CAMPAÑA CON CONDUCCIÓN DESCENTRALIZADA:
Una campaña como la que se propone tiene el riesgo de publicitar contenidos contradictorios y generar cierto caos en cuanto a la información que se publicita, impidiendo el logro del objetivo de #MéxicoHonesto.
Pero la gran oportunidad consiste en permitir la libre participación de cualquier persona u organización que con sus aportaciones genere la “masa crítica” que se requiere para lograr el objetivo y con ello un cambio de fondo en la sociedad mexicana.
También se elimina el riesgo de tratar de imponer una visión única de lo que deben ser los cambios sociales que necesitamos.
Por todo lo anterior se propone una estructura mínima para soportar la campaña con la creación de un “Consejo Coordinador de la Campaña #MéxicoHonesto” que estaría compuesto por representantes de las primeras organizaciones o instituciones que se sumen a la campaña.

¡Súmate al logro de un #MéxicoHonesto!

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

jueves, 14 de febrero de 2019

Campaña #MéxicoHonesto

Cierto día en una entrevista le preguntaron a un viejo amigo mío “¿Es Ud. honrado, honrado, honrado?” Y él les respondió “¿qué tal si lo dejamos en honrado a secas?”

“HONRADOS”, sin otro calificativo, así me gustaría que fuéramos todos(as) los(as) mexicanos(as) y acabar así con la corrupción y la impunidad. Para lograrlo necesitamos una campaña para reposicionar la honradez como una característica deseable de cada mexicano, para desterrar de nuestra vida diaria aquello del "que no transa no avanza".

Pero sería preferible que esta campaña no la dirija algún organismo gubernamental o religioso y que no sea impuesta de arriba hacia abajo por las autoridades como algo obligatorio, como fue la Revolución Cultural en la China de Mao, sino que surja de la sociedad civil para satisfacer una necesidad similar a disponer de agua o de alimentos que son indispensables para la vida (para el caso del agua y los alimentos) y para poder sobrevivir como sociedad (en el caso de la honradez).

Sería necesario ponernos de acuerdo en un gran objetivo general que (por ejemplo) podría ser:
“Los mexicanos actuamos en cada circunstancia de la vida respetando los bienes ajenos, sean materiales o intangibles”.

Una campaña nacional de esta naturaleza requiere de la participación y el apoyo de organizaciones e instituciones tales como los medios de comunicación, las escuelas y universidades, las empresas y los organismos empresariales y sindicales, las iglesias y desde luego de los tres órdenes del gobierno y de grupos de la sociedad civil. Por supuesto que las redes sociales tendrían que jugar un papel muy importante en la socialización del objetivo y las acciones a realizar. TODOS trabajando hacia el mismo objetivo: #MéxicoHonesto aunque cada organización o institución participante podría utilizar contenidos y formas distintas.

No puede ser exitosa una campaña por la honestidad si no hay consecuencias para quienes no actúen honestamente. Por ello es indispensable que la parte de la campaña que promueve ciertos comportamientos positivos, sea acompañada por acciones que “hagan valer las leyes” de tal manera que no actuar honestamente sea castigado conforme a la ley, evitando la impunidad. Esto requiere un reforzamiento del sistema judicial para perseguir, juzgar y castigar a quienes no cumplan con las leyes. Esta es la parte que le corresponde al gobierno a través de sus tres Poderes: legislar, ejecutar lo legislado y hacer justicia. No se trata de imponer una determinada moral sino de lograr que se cumplan las leyes.

Aquí surge la importancia de las acciones individuales de cada ciudadano. Por ejemplo tendríamos que eliminar de nuestro comportamiento diario conducir un vehículo viendo el teléfono celular y esperar que la autoridad no intervenga o si lo hace, “arreglarlo” con una mordida.

También de la sociedad civil (particularmente a través de las redes sociales) para denunciar ante las autoridades, pero también para castigar socialmente a los infractores de las leyes en lugar de no hacer nada o incluso aplaudir comportamientos tales como el robo y venta ilegal de combustibles (“huachicol”), los concursos amañados o la compra de insumos para hospitales públicos a precios inflados. El castigo social podría consistir en rechazar hacer negocios con esas personas o empresas y/o en la difusión de sus acciones a través de las redes sociales. Si la sociedad civil no hace su parte, no tendremos argumentos sólidos para exigirle a los gobernantes que hagan la suya.

Lo primero que tendrían que hacer los gobernantes en turno, es acabar con la impunidad. Por ejemplo, no se vale lanzar una campaña contra el “huachicol” y no llegar hasta las últimas consecuencias con la detención, juicio y en su caso castigo de los autores intelectuales y de los grandes operadores del robo y la venta ilegal de combustibles.

En resumen: Acabar con la corrupción y la impunidad y lograr un #MéxicoHonesto no se puede lograr con acciones aisladas (ni aun siendo acciones gubernamentales), se requiere una decisión social ampliamente compartida y un compromiso profundo, tanto de autoridades como de la sociedad civil para actuar honestamente.

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano