sábado, 24 de noviembre de 2018

CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN PARA EL DESARROLLO RURAL

Al tratar el tema de la aplicación de la ciencia, tecnología e innovación en el campo, surge esta pregunta: ¿realmente son necesarias en el sector rural de autoconsumo? tomando en cuenta que los campesinos tienen el conocimiento tradicional adquirido a lo largo de siglos y además la falta de capital de los productores rurales les impide adquirir nuevas tecnologías.

Si analizamos la demografía del sector rural descubrimos que “el campo está envejeciendo” y que la producción no se incrementa lo suficiente para que los campesinos dejen de estar en la pobreza. El campo envejece porque no es atractivo para los jóvenes seguir el mismo camino de sus padres que los conduce a la pobreza.

Es urgente modificar las formas de producción en el sector rural para lograr al mismo tiempo incrementar la cantidad  producida y el valor de la misma y por otra parte diversificar la producción agropecuaria para autoconsumo y así mejorar la alimentación de las familias campesinas y también incrementar su ingreso vendiendo los excedentes en mercados locales y regionales.

Es decir, no se trata solamente de elevar la producción de maíz en las parcelas menores de 5 hectáreas, además se puede producir frijol, calabazas y otras hortalizas y frutales o tal vez leche y sus derivados, en la misma parcela. Para ello se necesita algo adicional a la tecnología tradicional. Y es importante recalcar que no es “en lugar” sino de “complementar a” la tecnología tradicional. Es decir, se trata de mejorar la calidad de vida de los habitantes del campo, conservando y aplicando los conocimientos tradicionales y utilizando al mismo tiempo nuevas tecnologías para volver atractivo el sector rural para los jóvenes que hoy lo abandonan en busca de mejores oportunidades y de mejor nivel de vida.

Las necesidades de investigación científica y tecnológica para el sector agropecuario incluyen temas tales como semillas, suelos, agua, clima, fertilizantes y micronutrientes, control de plagas, metodologías de cultivo, formas y tiempos de cosecha, almacenaje, transporte, procesamiento y producción de derivados, incluyendo los productos de mayor valor agregado, etc.

Los riesgos de no realizar investigación, desarrollo e innovación van desde quedar fuera del mercado por precios, calidad o tipo de productos, hasta perder las cosechas por plagas o enfermedades, y al final de cuentas tener que comprar productos y tecnología con precios que incluyen costosas regalías por investigación y conocimientos creados en otros países y el abandono del campo por parte de las nuevas generaciones con el costo social y económico que ello implica, incluyendo el mayor riesgo para un país: quedarse sin comida y depender de los alimentos importados.

El proceso de investigación y desarrollo para producir conocimiento científico, transformarlo en tecnologías y aplicarlas en las innovaciones (ICyTI), requiere de varios actores incluyendo universidades y/o centros de investigación científica que realizarán la ICyTI y su transferencia hacia el campo. Se requieren también instituciones financieras que aporten los créditos para construir la infraestructura y para comprar los equipos requeridos, además de financiar la operación. Adicionalmente el sector público proporciona el marco legal y parte de los recursos financieros requeridos. Y el sector productivo (privado o ejidal) aporta recursos humanos y financieros para las operaciones.

Todo lo anterior se puede aglutinar en uno o varios “Parques Científicos y Tecnológicos” (PCyT) en los cuales se puedan instalar diversos centros de investigación especializada por temas, los cuales producirán conocimientos e innovaciones aplicables en el campo, particularmente en las pequeñas parcelas. Este modelo de trabajo en PCyT ha sido puesto en práctica en muchos países y en varios estados de nuestro país. Un ejemplo importante es el PCyT de Mérida, Yuc., que puede servir de modelo para generar y poner en práctica la tecnología que se requiere para impulsar el desarrollo rural de México.

En varias ceremonias de entrega de doctorados y maestrías a las cuales he asistido, se llamaba la atención acerca del destino de muchas de las investigaciones realizadas: la biblioteca de la universidad y/o el archivo, sin aplicaciones en la vida diaria de los campesinos, haciendo énfasis en el desperdicio de recursos humanos y económicos por no establecer las conexiones entre el mundo de los investigadores científicos y el mundo de los productores rurales, es decir, hace falta “aterrizar” la investigación científica para llevar al campo esos conocimientos para beneficio de los productores agropecuarios y de todos los mexicanos.

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

domingo, 4 de noviembre de 2018

AMLO: PREGUNTAS SOBRE LA "DEMOCRACIA PARTICIPATIVA"

Cuando un gobernante legalmente electo decide compartir el poder con el pueblo que lo eligió, ya sea por medio de una encuesta, una consulta, un plebiscito o un referéndum, el gobernante asume el riesgo de obtener una respuesta diferente a lo que desearía escuchar, especialmente si la consulta al pueblo se hace sin manipular la muestra encuestada de tal forma que dicha muestra realmente represente la opinión popular.

Conforme a las leyes mexicanas, un gobernante democráticamente electo no tiene obligación legal de someter a consulta sus decisiones tomadas conforme a las facultades que le conceden las leyes. Pero si opta por la “democracia participativa” tiene obligación de cumplir lo que marcan las leyes en lo referente a plebiscitos, referendos, etc. conforme a lo indicado por los artículos 35, 36, 40, 73, etc. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y por la Ley Federal de Consulta Popular.

Para el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad México (NAICM), la consulta realizada por indicaciones del Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no tenía que cumplir con lo indicado en la Constitución y en la ley reglamentaria porque quien hizo la consulta en ese momento aún no era autoridad, es decir, se trataría de una consulta privada con la validez estadística que le dio el diseño de la muestra y la metodología empleada.

Pero si AMLO (una vez que tome posesión de la Presidencia de la República) opta por seguir consultando la opinión pública sobre las decisiones de su gobierno, entonces tendrá obligación de cumplir con lo indicado por las leyes, que incluyen (entre otros puntos) quién puede promover la iniciativa para la consulta popular, la cantidad de ciudadanos participantes, quién organiza la consulta, si los resultados son vinculantes, etc.

Se le atribuye a Maquiavelo haber dicho que el poder no se comparte y aparentemente en este caso AMLO decidió compartirlo ofreciendo incluso que el resultado sería vinculante. Y digo “aparentemente” porque la metodología utilizada para seleccionar la muestra a consultar tiene un sesgo favorable a la ubicación en Santa Lucía, porque incluye principalmente segmentos de población en los que AMLO obtuvo mayoría en las elecciones pasadas, lo cual garantizaba que el resultado de la consulta fuera favorable a lo deseado por AMLO y sus seguidores.

Aclaro que NO soy favorable de la opción por Texcoco, ni tampoco por Santa Lucía, simplemente se trata de una acotación metodológica cuyo punto clave es la utilización de la consulta popular como estrategia política para legitimar con la participación del pueblo, las decisiones previamente tomadas desde la cúpula del poder político. Y además el hecho de haber realizado la consulta previamente a la toma de posesión, le permitió a AMLO no tener que cumplir con lo ordenado por las leyes, si ya fuera autoridad constituida. Lo cual, (hay que reconocerlo), fue un golpe maestro para decir ¡quién manda en este país!

No me gustaría que este juego de estrategias políticas se repitiera a lo largo de los próximos 6 años, pero si lo que busca AMLO es una verdadera “democracia participativa” entonces tendría que cumplir lo marcado por las leyes y correr el riesgo de incluir en las muestras estadísticas a consultar a núcleos de población que no comparten sus propuestas y aceptar los resultados de esa consulta. Lo cual sería muy interesante en el sentido de “formación de ciudadanía” y podría ser de gran apoyo para reducir la corrupción, que es uno de los puntos más importantes que ha mencionado AMLO como parte de su programa de gobierno.

Señor Presidente Electo:
Lo felicito por su decisión de consultar con el pueblo sus estrategias y proyectos más relevantes, pero al mismo tiempo me queda claro que a final de cuentas Ud. como gobernante electo es el responsable de sus decisiones y no se vale endosarle los costos políticos de su decisión al pueblo o a los técnicos que explican los posibles efectos de lo que deciden los políticos.

¿Es mucho pedir que transparente su estrategia para instaurar la “democracia participativa”? Y suponiendo que la “democracia participativa” será su estrategia de gobierno, ¿va a someter a consulta la Ley de Seguridad Interior?

Autor: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Fuentes de Información:
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Maquiavelo, Nicolás-El Príncipe- Espasa Calpe
Escalante Gonzalbo, Fernando-El Principito o Al Político del Porvenir- Cal y Arena