martes, 3 de noviembre de 2015

TRANSGÉNICOS: ¿SÍ O NO? (Parte 3)

Intentar ser un comprador y un consumidor "responsable" implica una serie de actitudes y acciones cimentadas en ciertos valores frente a las plantas, los animales, los seres humanos y en general a la naturaleza y el medio ambiente. Independientemente de si somos o no creyentes, estas palabras del Papa Francisco invitan a tener una actitud totalmente diferente a la de producir y ganar más a cualquier costo:

"Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo. La pobreza y la austeridad de san Francisco no eran un ascetismo meramente exterior, sino algo más radical: una renuncia a convertir la realidad en mero objeto de uso y de dominio." (Encíclica Laudato si, Papa Francisco, 2015)

El tema del debate no se centra específicamente en el consumo de los OGM ya que hasta la fecha los estudios realizados en el Reino Unido por la Royal Society of Medicine, en los E.U.A. por la National Academy of Sciences y por otros organismos científicos de alto nivel, muestran que después de más de quince años de consumir OGM por millones de habitantes en todo el mundo, no se han reportado daños en las personas. Los puntos de discusión están más en la forma de producción de los OGM y del uso de los agroquímicos (fertilizantes, insecticidas, herbicidas, fungicidas, etc.) asociados a los transgénicos y al daño que esto causa en el medio ambiente, así como en los "monocultivos" que se generan al dedicar enormes extensiones de tierra a un solo cultivo que sustituye a la biodiversidad original de la zona (con su respectivo impacto ambiental) y a las economías locales que son prácticamente destruidas al no poder producir para el consumo local, lo que genera gran fragilidad y dependencia tanto en el suministro de alimentos como en el "paquete tecnológico" de un proveedor único, que además es dueño de las patentes de los OGM y sus agroquímicos.

Respecto de la importancia de la pérdida de biodiversidad veamos lo que plantea la Encíclica Laudato si:
"III. Pérdida de biodiversidad
32. Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva. La pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, no sólo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios. Las diversas especies contienen genes que pueden ser recursos claves para resolver en el futuro alguna necesidad humana o para regular algún problema ambiental...
34. Posiblemente nos inquieta saber de la extinción de un mamífero o de un ave, por su mayor
visibilidad. Pero para el buen funcionamiento de los ecosistemas también son necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorganismos... 
36. El cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque
cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación. Pero el costo de los daños que se ocasionan por el descuido egoísta es muchísimo más alto que el beneficio económico que se pueda obtener. En el caso de la pérdida o el daño grave de algunas especies, estamos hablando de valores que exceden todo cálculo. Por eso, podemos ser testigos mudos de gravísimas inequidades cuando se pretende obtener importantes beneficios haciendo pagar al resto de la humanidad, presente y futura, los altísimos costos de la degradación ambiental...
42. Es necesario invertir mucho más en investigación para entender mejor el comportamiento de los ecosistemas y analizar adecuadamente las diversas variables de impacto de cualquier modificación
importante del ambiente. Porque todas las criaturas están conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiración, y todos los seres nos necesitamos unos a otros...(ibid. Papa Francisco).

Y aquí surge la pregunta: ¿Es válido patentar un ser vivo?

¿Quién y cómo podría invertir en más investigación científica sin tener posibilidad patentar sus hallazgos y de recuperar su inversión y obtener beneficios por el riesgo que ello implica? Las semillas Bt o las plantas resistentes a los herbicidas son resultado de la investigación científica y de la inversión que hay detrás de ella. Si llegara a desarrollarse una variedad de maíz resistente a la sequía, esto tendría un impacto enorme en lugares donde el agua es muy escasa, pero este desarrollo científico-tecnológico requerirá de grandes inversiones y tiempo de muchos científicos. ¿De dónde saldrían esos recursos? Aun en el supuesto de que los gobiernos invirtieran en las investigaciones, ¿quién o quiénes serían los propietarios de los resultados? La respuesta a la primera pregunta no es fácil... ¿Podrían imaginarse fundaciones o fondos de inversión de propiedad internacional, administrados por organismos como la FAO de tal manera que el conocimiento resultante sea propiedad de toda la humanidad y no de unas cuantas empresas?

Por otra parte está el tema de los OGM y los "monocultivos" y las economías locales.

"134. Si bien no hay comprobación contundente acerca del daño que podrían causar los cereales transgénicos a los seres humanos, y en algunas regiones su utilización ha provocado un crecimiento económico que ayudó a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadas. En muchos lugares, tras la introducción de estos cultivos, se constata una concentración de tierras productivas en manos de pocos debido a «la progresiva desaparición de pequeños productores que, como consecuencia de la pérdida de las tierras explotadas, se han visto obligados a retirarse de la producción directa. Los más frágiles se convierten en trabajadores precarios, y muchos empleados rurales terminan migrando a miserables asentamientos de las ciudades. La expansión de la frontera de estos cultivos arrasa con el complejo entramado de los ecosistemas, disminuye la diversidad productiva y afecta el presente y el futuro de las economías regionales. En varios países se advierte una tendencia al desarrollo de oligopolios en la producción de granos y de otros productos necesarios para su cultivo, y la dependencia se agrava si se piensa en la producción de granos estériles que terminaría obligando a los campesinos a comprarlos a las empresas productoras.
135. Sin duda hace falta una atención constante, que lleve a considerar todos los aspectos éticos implicados. Para eso hay que asegurar una discusión científica y social que sea responsable y
amplia, capaz de considerar toda la información disponible y de llamar a las cosas por su nombre.
A veces no se pone sobre la mesa la totalidad de la información, que se selecciona de acuerdo con los propios intereses, sean políticos, económicos o ideológicos. Esto vuelve difícil desarrollar un juicio equilibrado y prudente sobre las diversas cuestiones, considerando todas las variables atinentes. Es preciso contar con espacios de discusión donde todos aquellos que de algún modo se pudieran ver directa o indirectamente afectados (agricultores, consumidores, autoridades, científicos, semilleras, poblaciones vecinas a los campos fumigados y otros) puedan exponer sus problemáticas o acceder a información amplia y fidedigna para tomar decisiones tendientes al bien común presente y futuro. Es una cuestión ambiental de carácter complejo, por lo cual su tratamiento exige una mirada integral de todos sus aspectos, y esto requeriría al menos un mayor esfuerzo para financiar diversas líneas de investigación libre e interdisciplinaria que puedan aportar nueva luz." (ibid. Papa Francisco)

En resumen: La oposición a los OGM

"Las intuiciones sobre los propósitos e intenciones también tienen un impacto en el pensamiento de las personas sobre los OGM. Ellas nos hacen vulnerables a la idea de que fenómenos puramente naturales existen o suceden con un propósito que es pretendido por algún agente. Estos supuestos son parte integral de las creencias religiosas, pero en ambientes seculares llevan a que las personas consideren a la naturaleza como un proceso o entidad benéfica que asegura nuestro bienestar, y que los seres humanos no deben meterse con ella. En el contexto de oposición a los transgénicos, la modificación genética se considera “no natural” y los biotecnólogos son acusados de “jugar a ser Dios”. El término “alimentos Frankenstein” capta lo que está en juego: ir en contra de la voluntad de la naturaleza es un acto de arrogancia que nos deparará enormes desastres... 
El impacto de las intuiciones y las emociones en la comprensión de la gente y las actitudes hacia los OGM tienen importantes implicaciones para la educación y la comunicación de la ciencia. Debido a que la mente es propensa a distorsionar o rechazar la información científica a favor de creencias más intuitivas, tan solo transmitir los hechos no necesariamente persuadirá a la gente de la seguridad, o beneficios, de los OMG, en especial si las personas han estado sometidas a propaganda emotiva anti-OGM." (Stefan Blancke, Scientific American, agosto/2015).

Y el tema de debate sigue abierto!!

AUTOR: Rodrigo Diez de Sollano

Twitter: @DeSollano

Literatura consultada:
Encíclica Laudato si, Papa Francisco, 2015
Scientific American, Stefan Blancke, agosto 2015


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